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    Hacer ganadora a una selección nacional: claves del trabajo de un seleccionador

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    Una pregunta recurrente ocupa la mente de profesionales, amigos y familiares cada vez que he tenido la fortuna de dirigir a una selección nacional: ¿No echas de menos el día a día de los clubes? Si los que no han vivido la experiencia supieran cómo trabajo en selecciones, ¡verían desahogado el ritmo frenético de un equipo de élite!

    Son ya dos selecciones las que he dirigido a mis 43 años. La especificidad del trabajo de seleccionador merece un artículo solo para conocer las claves de la labor que he desempeñado en la preparación de dos clasificaciones a Copa del Mundo (Qatar 2022 y United 2026), la clasificación a una Copa Oro (2025) y el ascenso al grupo de privilegio en Liga de Naciones de Concacaf (Nations League A para 2025, 2026 y 2027); así como en el desarrollo del talento para el alto rendimiento en la Selección Nacional de Panamá U21 y U23, que ahora forma parte de casi la mitad del grupo que en el próximo mes de septiembre afrontará su intento de alcanzar por segunda vez en su historia una fase final de un Mundial. Adéntrate conmigo en el apasionante mundo de la preparación de una selección para el único objetivo que, millones de personas, compatriotas, que alientan y presionan a partes iguales, desean: ganar.

    El primer paso

    15 de noviembre de 20254. Son las 23:00 en San Salvador. El estadio Cuscatlán se vacía mientras los jugadores, después de celebrar en el terreno de juego con sus compañeros, sus familias y allegados la victoria en la jornada 6 del grupo A de Liga B de Naciones, van accediendo a cuentagotas al vestuario. En los cien peldaños que separan el acceso al terreno de juego del camerino, la complicidad entre cada jugador y miembro del cuerpo técnico y yo se traduce en gritos de felicidad y abrazos para celebrar que, un año después, la Selecta vuelve a la Liga A de Naciones. Y de paso, se clasifica a la Copa Oro 2025 de manera directa. Con una victoria más en los dos partidos que quedan de clasificación a Copa del Mundo en junio de 2025, el equipo estaría en la última fase, la última ronda de clasificación para United 2026: seis partidos de distancia con respecto al soñado regreso a la competición que les vio despedirse de ella en 1982 por 42 años…

    ¿Cómo hice para enfocar este logro el día 1 de enero de 2024, cuando me hago cargo de la Selección Nacional de El Salvador, un equipo que llevaba diecisiete partidos seguidos (año y siete meses) sin ganar un partido? ¿Cómo hacer de un equipo roto sin rumbo un equipo ganador y en las mejores competiciones? Te lo cuento a continuación.

    Resumir en un artículo un año entero de trabajo soportado sobre la experiencia de más de diez años en la élite del fútbol es imposible. Te ofrezco los parámetros básicos en torno a los que gira mi sistema de trabajo para encarar cada proyecto con una base general y una adaptación específica:

    Entender la competición

    Si bien todas las selecciones del mundo luchan cada cuatro años por un objetivo común, llegar al Mundial, cada confederación tiene un sistema de competiciones, aparte de una competición propia; y a todo eso, hay que identificar las características propias de la federación para la que se trabaja, la selección y el país. Mi experiencia en Panamá en Qatar 2022 y en Copa Centroamericana de Clubes en 2023 me hacían entender perfectamente el contexto. Cuando la experiencia previa no es tan concreta, como ha sucedido en otras ocasiones, la organización del estudio del equipo, la comparativa con mi scout, el análisis del rendimiento último a través del dato (Opta/Wyscout) y la plantilla tipo de presentaciones junto a mi software de referencia (ScoutYouPro) me permiten tener controlado el contexto al que me dirijo en 24-48 horas. En este caso, a esa organización sistemática se unía mi conocimiento práctico: tenía claro qué jugadores faltaban en la plantilla, qué modelo organizacional requería la competición y cómo enfocar su preparación.

    Primer objetivo, ganar alguno de los amistosos hasta la fecha de junio mientras iba dando forma a la plantilla base y asimilaban el sistema los jugadores que formarían el tronco de la selección; y el segundo, para los dos partidos de junio (de los cuatro a disputar en esta segunda ronda, con grupos suizos de cinco equipos), sacar un empate y una victoria. En estos grupos es fundamental puntuar cada jornada, y una media de victoria en casa y empate fuera te otorga el pase, pues se clasifican dos equipos de los cinco. Te adelanto: con el bloque habiendo asimilado el sistema a la perfección, y tras no poder sacar una victoria ante rivales complicadísimos (Inter Miami, empate; Honduras, empate; y derrotas con Costa Rica y Argentina), en junio llegó es ansiada victoria tras dos años y se cumplió el objetivo de empate y victoria. Quedaba para septiembre, octubre y noviembre la Liga de Naciones en un grupo de cuatro equipos. Solo dos partidos en casa, los dos últimos. Y se ascendió con cinco victorias de seis encuentros. Añadiendo un amistoso contra Guatemala, jugado en julio de 2024, en el que se ganó, los números quedaron en siete victorias de quince encuentros, con cuatro empates y cuatro derrotas, los mejores números de los últimos cinco años de la Selecta. ¿Cuánta importancia le darías al conocimiento de la competición a disputar para optimizar el rendimiento y aplicar los esfuerzos en los momentos determinantes?

    Entender las concentraciones y los jugadores

    Para lograr ese rendimiento, es necesario conocer cómo se opera en el lugar en el que se trabaja. Las selecciones nacionales en la zona de Centroamérica dan mayor peso al equipo nacional que a los clubes. La colaboración entre federación y liga se estima esencial para que el funcionamiento de la competición local potencie el trabajo de la selección y que, a su vez, la selección mejore el rendimiento de la liga. Esto pasa por desarrollar un trabajo intermitente pero recurrente con los jugadores locales que, jugando en la liga del país, suelen ser convocados con la selección. Como las ventanas FIFA están previstas cinco veces al año y los jugadores que compiten fuera del país tienen la obligación de asistir, entre ventana y ventana tenemos semanas que se pueden dedicar a entrenamiento del equipo de cara a asimilar el sistema, la metodología de trabajo y las ideas clave, además de poder citar a jugadores jóvenes o que destacan en la competición local que de otra manera sería muy difícil tener la oportunidad de entrenar.

    Esta ventaja con respecto a selecciones de otras confederaciones que solo pueden contar con los jugadores en las ventanas oficiales permite que la intensidad y la falta de tiempo de las semanas FIFA durante el año se vean amortiguadas con una preparación previa de base que hace llegar al jugador al partido con las ideas claras. Por eso hay que aprovechar cada microciclo, cada entrenamiento, en lo realmente esencial: el juego.

    Entender los objetivos de la afición

    Ser el responsable de los resultados de un equipo al que siguen más de diez millones de personas es una gran exigencia. ¡Me encanta esa exigencia! Y se lleva mucho mejor si se conoce lo que quiere la gente. Todos queremos ganar. Ver a la selección de tu país jugar partido tras partido durante dos años sin sacar un resultado a favor es una carga que, bajo el sentimiento nacional, se mitiga con la ilusión de que la próxima vez sí. Y es un impulso que hay que aprovechar: la gente ama a su selección. Y desea que lo des todo para representarles. Cada paso que das con esa responsabilidad a la espalda exige la conciencia de que no va a quedar nada en tus manos para lograr unir a tanta gente en la emoción de una victoria. Si al trabajo de entrenador hay que aplicarle una pasión implícita y un sistema de organización profesional, al de un seleccionador hay que aportarle un extra, y ese extra tiene una carga emocional de una fuerza ilimitada. Saber transmitirle a los jugadores las sensaciones corporales y mentales que siento formando parte de su familia, la de todo un país, abrazados por una bandera, es sinónimo de éxito a la hora de competir poniendo sobre la mesa un sistema, una estrategia, una operatividad. Se puede ganar y perder, pero así nos acercamos sin ningún género de dudas al éxito. Y a las pruebas me remito.

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    David Dóniga Lara
    David Dóniga Lara
    David Dóniga Lara is a Spanish UEFA Pro License coach with international experience in UEFA, CONMEBOL, AFC, and CONCACAF. He led El Salvador to the 2025 Gold Cup, League A of the Concacaf Nations League, and the final round of 2026 World Cup Qualifiers.

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